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Se llama estreñimiento crónico a la dificultad para evacuar las heces que se mantiene durante un largo tiempo. Esta dificultad para evacuar puede ser por una baja frecuencia de deposición (“Voy poco al baño”) o por un esfuerzo a defecar (“me cuesta mucho trabajo evacuar”)

Hay que que distinguirlo del estreñimiento que aparece de nuevo (unas pocas semanas), ya que en estos casos puede estar relacionado con la aparición de un problema en el intestino grueso, la toma de fármacos o un cambio de hábito.

El estreñimiento crónico es muy frecuente y se calcula que lo sufre un 15% de la población. Es más frecuente en mujeres, más aún durante el embarazo, y en las persona mayores de 65 años.

Síntomas

Los signos y síntomas del estreñimiento crónico incluyen los siguientes:

  • Tener menos de tres evacuaciones por semana
  • Tener heces grumosas o duras
  • Hacer un gran esfuerzo para tener evacuaciones intestinales
  • Sentir como si hubiera una obstrucción en el recto que impide las evacuaciones intestinales
  • Sentir como si no pudieras vaciar por completo el recto
  • Necesitar ayuda para vaciar el recto, como usar las manos para presionar el abdomen y usar un dedo para quitar las heces del recto

El estreñimiento puede considerarse crónico si has tenido dos o más de estos síntomas durante los últimos tres meses.

Conceptos erróneos más frecuentes respecto al estreñimiento

El error más frecuente, sin duda, es creer que es necesario evacuar todos los días y que de no hacerlo, no se limpia bien el organismo. Se considera que el límite de lo que es normal esta en hacer deposición una vez cada 3 días. Tomar laxantes sin prescripción médica para conseguir evacuar todos los días es innecesario y además perjudicial.

Contrariamente a lo que se piensa con frecuencia, el estreñimiento crónico no produce retención en el cuerpo de sustancias perjudiciales para la salud para la salud.

Problemas en los nervios que se encuentran alrededor del colon y el recto

Los problemas neurológicos pueden afectar los nervios que hacen que los músculos del colon y el recto se contraigan y mueven las heces a través de los intestinos. Entre las causas se encuentran las siguientes:

  • Neuropatía autónoma
  • Esclerosis múltiple
  • Enfermedad de Parkinson
  • Lesión de la médula espinal
  • Accidente cerebrovascular

Dificultad con los músculos involucrados en la evacuación

Los problemas en los músculos pélvicos involucrados en las evacuaciones intestinales pueden provocar estreñimiento crónico. Estos problemas pueden ser los siguientes:

  • Incapacidad para relajar los músculos pélvicos a fin de permitir una evacuación intestinal (anismo)
  • Los músculos pélvicos no coordinan la relajación y la contracción correctamente (disinergia)
  • Músculos pélvicos débiles

Afecciones que involucran las hormonas del cuerpo

Las hormonas ayudan a equilibrar los líquidos del cuerpo. La enfermedades y las afecciones que involucran el equilibrio de las hormonas pueden provocar estreñimiento, por ejemplo:

  • Diabetes
  • Glándula paratiroidea hiperactiva (hiperparatiroidismo)
  • Embarazo
  • Glándula tiroides hipoactiva (hipotiroidismo)

DIARREA CRÓNICA

Si bien la mayoría de eventos de diarrea son agudos y se resuelven por completo, la diarrea podría continuar y vincularse tanto a dolor abdominal como a otros síntomas. Cuando la diarrea dura más de dos semanas, se la llama diarrea crónica. Es importante observar si las heces de la diarrea son sanguinolentas, aceitosas (grasosas) o acuosas, porque eso puede ayudar al médico a encontrar la causa más probable de los síntomas.

¿Cuál es la causa de la diarrea sanguinolenta crónica?

La diarrea sanguinolenta crónica muy posiblemente se debe a alguna enfermedad inflamatoria del intestino, entre las que están la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. El hecho de sentir dolor al defecar plantea que existe inflamación rectal. Comuníquele al médico si en su familia hay antecedentes de alguna enfermedad inflamatoria del intestino o en caso de que usted hubiese perdido peso sin proponérselo, tuviese fiebre, cólicos abdominales o menos apetito, porque eso podría plantear el diagnóstico de enfermedad inflamatoria del intestino.

Otras causas menos comunes son la isquemia del intestino, las infecciones, la radioterapia y el cáncer de colon o los pólipos.

¿Cuál es la causa de la diarrea aceitosa o grasosa crónica?

Los síndromes de mala digestión o de malabsorción son la causa para la presencia de grasa en las heces. Converse con el médico si tiene deposiciones voluminosas, grasosas o de muy mal olor. La pancreatitis crónica es consecuencia de la insuficiencia pancreática, que conduce a mala digestión y deposición grasosa. En Estados Unidos, una de las causas comunes para la pancreatitis crónica es el abuso de alcohol y, entre otras causas están la fibrosis quística, la pancreatitis hereditaria, sufrir un traumatismo en el páncreas y el cáncer pancreático.

Una obstrucción en el tracto biliar, la hepatopatía colestásica y el crecimiento bacteriano excesivo también pueden llevar a tener problemas de mala digestión. La enteropatía por sensibilidad al gluten (enfermedad celíaca, esprúe celíaco) es la enfermedad más común del intestino delgado que ocasiona malabsorción de grasas. Otras causas comunes de malabsorción en los Estados Unidos son las enfermedades de la mucosa del intestino delgado o la extirpación quirúrgica del mismo. La enfermedad de Whipple, el esprúe tropical y el síndrome de Zollinger-Ellison son afecciones mucho menos comunes que también pueden derivar en malabsorción.

¿Cuál es la causa de la diarrea acuosa crónica?

Existen muchas causas para la diarrea acuosa, entre ellas la malabsorción de carbohidratos, como la intolerancia a la lactosa, sorbitol y fructosa, las infecciones intestinales o el síndrome del intestino irritable. Ciertos medicamentos, como los antiinflamatorios no esteroides (AINES), los antiácidos, los antihipertensivos, los antibióticos y los antiarrítmicos pueden ocasionar diarrea en algunas personas.

Los síntomas de distensión abdominal y excesiva flatulencia después de consumir productos lácteos sugieren la presencia de una intolerancia a la lactosa. Esa afección es más común entre los afroamericanos y los americanos con ascendencia asiática. Algunos refrescos, jugos, frutos secos y gomas de mascar contienen sorbitol y fructosa, cosa que puede llevar a diarreas acuosas en la gente que tiene intolerancia al sorbitol y a la fructosa.

Las infecciones intestinales, como la giardiasis, y las infecciones oportunistas en una persona con VIH (criptosporidiosis, microsporidiosis, etc.) pueden provocar diarrea acuosa crónica. Además, podría existir vinculación entre diabetes mellitus y diarrea debido al daño nervioso y al crecimiento bacteriano excesivo que ocurre, sobre todo, entre los diabéticos que no controlan bien la afección y la padecen desde hace mucho tiempo.

El síndrome del intestino irritable es una afección que generalmente se asocia con deposiciones frecuentes, alteración en los hábitos intestinales y dolor abdominal. A pesar de que esos síntomas sean las características claves del síndrome, muchas personas presentan estreñimiento en lugar de diarrea. El sufrimiento emocional o psicológico puede empeorar los síntomas de este síndrome. El síndrome de intestino irritable se reconoce como un trastorno de la motilidad en el que no se descubre ninguna enfermedad anatómica ni orgánica a la que se pueda atribuir los síntomas.

Exámenes básicos para evaluar la diarrea crónica

Su médico probablemente desee evaluar más a fondo los factores etiológicos o complicaciones de la diarrea mediante varios exámenes, como los siguientes: hemograma para buscar anemia e infecciones, panel de electrolitos y función renal para evaluar anomalías en los electrolitos e insuficiencia renal, y albúmina para evaluar el estado nutricional.

Una muestra de las heces ayudaría a definir el tipo de diarrea. La presencia de grasa, sangre oculta y glóbulos blancos permitirá determinar si es se trata de diarrea acuosa, inflamatoria o grasosa. Un cultivo bacteriano y los estudios coproparasitarios de la muestra de heces también servirán para determinar si existe una etiología infecciosa.

¿Qué radiografías o exámenes endoscópicos existen para evaluar la diarrea crónica?

Normalmente no se realizan estudios radiográficos para evaluar la diarrea crónica porque los resultados de dichos estudios son muy poco específicos y sólo a veces pueden ser útiles. Entre estos exámenes están las series gastrointestinales superiores o el enema de bario. La ecografía y la exploración por tomografía computarizada (TC) pueden ser útiles para evaluar el páncreas y otros órganos dentro del abdomen.

El examen endoscópico del colon con un sigmoidoscopio flexible y la colonoscopia son más específicos que los estudios radiográficos para detectar la etiología de la diarrea crónica porque permiten examinar directamente la mucosa intestinal y obtener biopsias para evaluación microscópica, de la misma manera que la endoscopia permite evaluar el tracto gastrointestinal superior. La enteroscopia con doble globo y la endoscopia por cápsula se utilizan, en ocasiones, para examinar la mucosa del intestino delgado que se encuentra fuera del alcance de los endoscopios tradicionales.

¿Cuál es el tratamiento para la diarrea crónica?

Eso depende de la etiología de la diarrea crónica. Por lo general, el tratamiento empírico permite aliviar los síntomas cuando no se establece un diagnóstico específico o en el caso de que el diagnóstico al que se llegó no tenga un tratamiento específico. La decisión de administrar tratamiento empírico como terapia para los patógenos entéricos antes de realizar análisis extensos le corresponde al proveedor de atención médica.

Las sustancias más eficaces para el tratamiento de la diarrea crónica son los antihemofílicos y los antidiarreicos opiáceos porque disminuyen los síntomas y el peso de las heces. Por último, es importante fomentar la hidratación oral a fin de evitar la deshidratación producto del proceso de diarrea crónica.

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